(Olga Novo)
No se enseña a morir, pero uno acaba entendiendo
que no puede seguir eternamente devorando autopistas
y se sale a la vía de servicio
donde encuentra a su amante,
no es que sea cierto pero algo
parecido sucede cuando intentas vivir toda la vida
queriéndote a ti mismo,
llega un día
en que el aire es azul y están los cielos redondos como un techo de alcoba
y tratas de evitar que el sol esté vertical sobre los ojos
verdes de la muchacha, piensas
que la hierba es mejor que las bondades
calladas de una cama,
que los cuerpos
vibran mucho mejor a frases cortas y a pulmones abiertos,
mejor a la intemperie y si hay arena
que no sea muy gruesa ni muy fina.
Es difícil hacer el amor pero se aprende*,
las colinas mirándote,
las nubes en reposo.
También sería una forma agradable de morirse.
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