viernes, 16 de julio de 2010

Mirad, ésta es mi casa

Mirad, ésta es mi casa,
y éstos son
los armarios que guardan mis disfraces y las rancias cortinas
que aún recuerdan mis gestos:
hace tiempo
que no pasa el cartero y los agentes de fisco
empeñaron mis lágrimas,
lo que queda soy yo, los agujeros
que veis en las paredes son la prueba
de que el tiempo no ha sido una balada de espuma para mí.
Pero observad también si sois capaces de huir
de andanzas y obviedades que aún perduran
miedos en la escalera y os contemplan los techos con mirada
de gato moribundo.
Mañana, cuando escuche cantar a los primeros gorriones
abriré las ventanas como ayer
y entrarán de uno en uno casi todos los nombres del desierto,
casi todas las fórmulas que incluyen
principios corrosivos y son cómplices
de la lluvia y del fuego.
Los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas,
y en las reencarnaciones
por eso, aunque esta casa se hiciera musitando plegarias de ida y vuelta,
también sabe que el término
da sentido a la vida
y sobre todo
sabiendo que estos muros son la magia de un tiempo donde un día
podremos retomar nuevamente nuestras conversaciones.


Poesía Pura 16 07 10

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