viernes, 16 de marzo de 2012

Porque me has soportado tantas cosas


Porque me has soportado tantas cosas,
porque siempre entendiste que mis ojos de huérfano llevaban
alquilados los sueños,
ahora, tan de lejos,
cuando el miedo a llegar nos va marcando la ruta,
cuando cada palabra que decimos es un nuevo vivir improvisándonos,
ahora quiero decirte simplemente que este sol que me mata,
que este anhelo de algo que no sé dónde acaba
no me aparta de ti
y me verás
muy triste algunas veces contemplando la luz de una mañana de octubre
y otras veces risueño, sin saber
a qué ángel de invierno le he vendido mis manos
o a qué infancia prohibida le he robado el destierro.
Pero es que esto es así,
yo soy así
y si al decirte lluvia se me llenan de pantanos los labios y mis ojos
van tomando la forma de tus ojos,
si al acercarme a ti ves que los pájaros se alejan como chorros
de un recuerdo tristísimo
es que te pienso,
amor,
es que te anhelo, amor, y estoy temblando.
Y no sabré decirte qué ciudades se han llevado los hijos ni en qué libros
hay escrita una plaza,
una fuente
y una tarde de abril con mariposas azules intentando escribirte.
Escúchame,
ya sé que mis palabras nacen para dolerte,
ya sé que no hay ternura que no acabe en un extenso silencio,
pero quiero
compartir tu dolor ahora que sólo
es tristeza y dolor y esta manera cesante de vivir cuanto nos queda.

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